Entender las Zonas de Entrenamiento es como descifrar el mapa hacia un rendimiento óptimo. En este artículo, te sumergirás en la esencia de estas zonas, descubriendo por qué son cruciales para tu entrenamiento y cómo adaptarlas a tus objetivos.
Los Sistemas Clave
Nuestro cuerpo se enfoca en dos sistemas fundamentales cuando corremos: el sistema de producción de energía y el sistema de transmisión de esta energía para crear movimiento. Aunque están relacionados, son distintos en su funcionamiento.
El sistema de producción de energía implica todas las reacciones químicas que convierten la energía almacenada en nuestro cuerpo en contracciones musculares. Este proceso se conoce como sistema fisiológico. No entraremos en los detalles, pero es crucial entenderlo.
Por otro lado, el sistema de transmisión de energía se centra en la conversión de la contracción muscular en movimiento. Esto se denomina sistema biomecánico y abarca aspectos técnicos y la calidad del movimiento.
El Objetivo de Correr
Cuando corremos, nuestro cuerpo genera energía y la convierte en movimiento. Buscamos mejorar continuamente la producción y transmisión de energía, lo que se traduce en una mayor eficiencia en los sistemas fisiológico y biomecánico.
Comprendiendo las Zonas de Entrenamiento
Enfoquémonos en el sistema fisiológico para entender qué son las zonas de entrenamiento y por qué son cruciales. La producción de energía de nuestro cuerpo depende del tiempo. Podemos generar una cantidad de energía en poco tiempo o en un lapso prolongado.
La demanda energética del cuerpo determina qué sistemas energéticos utiliza. Estos sistemas varían según la fuente y la reacción química involucrada. Esto significa que la producción de energía cambia según el tiempo, creando distintas zonas en nuestra curva de producción de energía.
Importancia de las Zonas de Entrenamiento
Las zonas de entrenamiento son esas regiones de la curva donde nuestro cuerpo utiliza combinaciones específicas de sistemas energéticos. Entrenar en diferentes zonas es esencial, ya que cada competición requiere una combinación específica de sistemas energéticos.
Por ejemplo, si quieres correr 10 kilómetros en aproximadamente una hora, necesitarás producir la máxima energía en ese período, lo que implica una combinación de sistemas energéticos. En cambio, si tu objetivo es correr la misma distancia en 30 minutos, tu enfoque de entrenamiento será diferente.
La Clave del Entrenamiento
La duración y las zonas de entrenamiento deben basarse en el tiempo objetivo de tu carrera. Para determinar tus zonas de entrenamiento, puedes utilizar diversos modelos, como la percepción del esfuerzo, la frecuencia cardíaca, la velocidad o la potencia. Cada enfoque tiene sus pros y contras.